
El español y sus veintisiete garabatos
El español es una lengua rica en vocablos, con sonidos exquisitos, a la par que dispares, unas combinaciones de sílabas y de expresiones todas ellas como salidas de un gran cuadro de colores.
Letras que silban, otras que nacen en el fondo de nuestra garganta y algunas en cambio bailan en nuestra nariz para ser pronunciadas a través de ella. Un mar de matices y de sonidos, como si de un gran arco iris se tratara. Es un mundo mágico con el que podemos expresar nuestros mejores y peores sentimientos, propagar todas nuestras ideas y confesar aquellos secretos, los confesables y los que no lo son.
Signos con los que se escribieron grandes libros, se crearon extraordinarias obras y se contó la historia, no solamente la de nuestro país, sino la de tantos otros con los que compartimos este lustroso idioma, el español.
Él, es un cúmulo y un laberinto de expresiones con miles de posibilidades para manifestar con palabras, ya sean orales o escritas, lo que sentimos, cuanto odiamos o cuanto somos capaz de querer.
Signos que entrelazados entre sí, letra a letra forman palabras, frases y tantas figuras gramaticales y literarias como pensamientos se nos puedan ocurrir, y como ideas queramos transmitir.
El español es una fuente de la que emanan a borbotones palabras, morfemas, lexemas, fonemas etc… y lo sorprendente es que todo ello es posible a partir de 27 signos ó «garabatos», esos que forman nuestro abecedario o alfabeto.