
La felicidad, un pajarillo frágil y escurridizo
Me llaman felicidad, pero qué soy ó quién soy verdaderamente.
Seguramente son respuestas difíciles de responder pero intentaré hacerlo.
Como ser, no soy nadie, solamente una percepción y un sentimiento que da sentido a vuestras vidas, porque yo soy siempre la finalidad de vuestra existencia, cada movimiento, actitud y formas de vivir van dirigidos a encontrarme.
No creáis que todo esto que os digo es por falta de modestia, simplemente es cierto, soy ese gran objeto de deseo buscado hasta la saciedad y hallado a menudo en los lugares más inesperados y en las cosas más sencillas. Mi presencia es un chorro de aire fresco que ayuda al corazón a reírse y desborda vuestro ánimo de satisfacción, contagiándoos vitalidad a raudales y haciendo rebosar vuestras ganas de vivir.
No tratéis de mantenerme a vuestro lado ni pretendáis sentirme en todo momento, porque soy caprichosa, y os regalaré mi presencia solo a ratos y a mi antojo, será entonces cuando tengáis la oportunidad de paladear el sabor dulce de la felicidad.
Aprovechad esos instantes, esas horas o esos días, sentidme y disfrutad, porque luego me iré y no os quedará otra cosa que esperar mi regreso; pero no dejéis de buscarme porque si os lo proponéis puedo formar parte de vuestro diario y de vuestra manera de encarar la vida.
Sujetadme como a un frágil y escurridizo pajarillo, y hacedlo con suavidad pero con decisión.