
Síndrome de Down y el cromosoma 21
Un niño nace con síndrome de Down cuando la naturaleza decide regalarle un cromosoma de más, algo que le acompañará para siempre y que lo hará diferente para el resto de su vida.
Él y su familia han de acostumbrarse a vivir con esa etiqueta que el cromosoma 21 le colocó justo al nacer, una marca que llevará colgando como si de una prenda de vestir se tratara, solo que ésta será para siempre, sin posibilidad de poder cortarla.
A priori, nadie quiere ese tipo de obsequio, pero como todas las cosas y momentos de la vida, esta situación tiene una cara y una cruz.
Es duro, al principio muy duro, has de asimilarlo, acostumbrarte a sus ojitos rasgados y a su cara diferente que te recordarán siempre que no es como la mayoría de los demás niños, y que va a necesitar de ti y de tu tiempo mucho más que los demás.
Tendrás que aprender a superar tus miedos junto a los que él pueda sentir, y tendrás que ser fuerte, para fuerte hacerlo a él.
Nadie dijo que fuera a ser fácil, como tampoco nadie podrá decirte nunca que no será gratificante, porque si gratificante es dar amor y recibirlo, tu eres una privilegiada, porque eso es cierto, lo que más necesitará tu hijo será tu amor y tu paciencia, a cambio, tendrás a tu lado a alguien que te querrá y te lo demostrará siempre, porque siempre serás para él la persona mas importante de su vida.