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La hipocresía social

La hipocresía social

Por el 2 de febrero de 2017 en Apuntes con 13 Comentarios

La hipocresía social es lo que se refleja en la conversación de estos dos amigos, en la que uno de ellos le pregunta al otro:

Dime algo, que tengo curiosidad ¿ Si tú tuvieras tres casas, regalarías una? Su compañero convencidísimo le responde que por supuesto, regalaría una casa.

Y si tuvieras tres coches regalarías uno, siguió preguntando, a lo que el amigo asintió sin dudar.

Y si tuvieras dos barcos, darías uno. Pues sí, volvió a responder rápidamente el amigo.

Y ya la última pregunta: Si tuvieras dos gallinas regalarías una, preguntó emocionado ante tanta generosidad, pero para su sorpresa, esta vez su amigo negó categóricamente. ¡Hombre no! No regalaría ninguna gallina.

El que preguntaba, un tanto asombrado le pidió una explicación por una respuesta que le parecía, cuanto menos incoherente.

Pues ya me aclararás, le instigó curioso ¿ Por qué regalarías, una casa, un coche, un barco y no una gallina?

Muy fácil, respondió de una manera clara y sincera el amigo.  «Porque las gallinas las tengo»

Imagino que muchos de vosotros conocíais la historia, pero la he querido recordar porque creo que es la pura y dura realidad de la vida; cuando nada tenemos todo lo ofrecemos, porque en esas circunstancias, es cuando más fácil resulta ser generoso.

Es obvio que cuando las fronteras quedan lejos y nada pone en peligro nuestras propiedades, nuestra comodidad ni nuestra forma de vida que sencillo resulta reivindicar y gritar, que fácil pedir derechos si los nuestros continúan inmutables.

Poco hay que pensar para darnos cuenta de lo bien que suena la frase  ¡Tiremos las alambradas y destruyamos los muros!

Eso sí, mientras los inmigrantes convertidos en indigentes no colapsen nuestras ciudades, invadan los centros médicos donde vamos, sus hijos no ocupen las plazas en los colegios de los nuestros y por supuesto, no pretendan quitarnos los pocos puestos de trabajos que queden.

Todos querríamos compartir, pero la realidad es que se queda solo en buenas intenciones, porque todos compartiríamos si pudiésemos, pero como no podemos… ¡Qué lo hagan otros!

A los únicos que engañamos es a nosotros mismo, porque lo cierto es que las únicas cosas que somos capaces de regalar son el coche, la casa y el barco…de la gallina ni hablamos.

En qué nos convierte todo esto, en unos hipócritas, ya que vivimos hundidos en la hipocresía, que no es otra cosa que hablar de una manera y actuar de otra.

Al menos, demos un paso hacia adelante y vamos a reconocerlo.

13 Comentarios

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  1. don vito dice:

    Hola Pilar, yo esta conversación cambiando las prebendas lo había escuchado para definir lo que era ser un camarada comunista…tiene muchas lecturas…
    Gracias, pasa buena tarde, besos reales..

  2. Lo re re reconozco, querida Pilar, y la verdad es que el negocio de las guerras está desembocando en la miseria del mundo que nos quedará muy chico con tantos excluídos en sus propias tierras.
    Para tranquilizarnos, hacemos lo que está a nuestro alcance y cuidamos nuestra saluda psicofísica.
    Un abrazo de hermana que te admira y respeta.

  3. Conxita dice:

    Pilar, felicidades por haberlo escrito tan clarito, qué fácil nos resulta ser generosos cuando no lo tenemos.
    Me ha gustado leerte.
    Un saludo

  4. Julia C. dice:

    Totalmente de acuerdo contigo, Pilar. En la teoría, sobre el papel, todos tenemos clarísimo que hay que compartir y renunciar a cosas, si es necesario, por el prójimo más desfavorecido. Cuando llega la hora de la verdad y es el momento de perder prebendas, ya no lo tenemos tan claro. Todos deberíamos meditar sobre ello y lo mínimo que puede pedírsenos es coherencia y sinceridad, a cada uno con su propia opinión.

    ¡Un abrazo!

  5. David Rubio dice:

    Fantástica reflexión. Somos muy generosos, siempre con el dinero ajeno. Hay que luchar contra la pobreza, pero sin ensuciarnos las manos, por supuesto que estamos a favor de los inmigrantes de otras etnias, pero mirando de reojo al que tenemos detrás en la escalera del metro por si acaso… Podemos seguir hasta el infinito. El ser humano es egoísta por naturaleza, con algún momento de debilidad, pero egoísta al fin y al cabo. Esta hipocresía en la actualidad se potencia con esa bobada que es lo políticamente correcto. En mi humilde opinión claro. Excelente entrada que invita a la reflexión.

  6. Hola Pilar ¡qué descubrimiento y gracias a David Rubio! es un regalo despertarse y antes de afrontar el día con todo lo que tienes previsto,engancharte con la lectura de algo. Me metí en tu casa de letras y he disfrutado un montón, podría seguir, seguir,..desde el indulto de la hormiga, hasta entre Pinto y Baldemoro, Apaga y Vámonos (por cierto el pueblo es Pitres, un pequeño error que me permito corregir, soy de Granada y una enamorada de la Alpujarra) y ahora acabo de leer la hipocresía. Curiosamente mi último relato en gran parte se ha centrado sobre ella ( al cual te invito a leer). Una reflexión muy clarita, compartir lo que no se tiene es fácil. Gracias. Un saludo

    • Hola, esta tarde al leer tu comentario me has hecho un poco más feliz, porque que mejor que escribir no solo para que te lean, si no para transmitir, y si además esta persona es como tú, alguien que escribe tan bien y tan bonito, la felicidad crece.
      He leído algunas de las entradas de tu blog y me han parecido que están genialmente escritas. Mil gracias por pasar por aquí y enhorabuena porque me resultó genial leerte. Un abrazo.

    • Es todo un placer conocerte, tu blog es genial, tus elogios viniendo de alguien que escribe tan increíble me han hecho feliz. Mil gracias y un abrazo.

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