
La casa de los espejos, Cádiz
La casa de los espejos, en Cádiz, una leyenda urbana que como ocurre a menudo, nos lleva a preguntarnos cuanta verdad hay en su historia, para que después de tantos años siga ahí despertando nuestra curiosidad.
En frente del mar, por tierras gaditanas, había y hay una gran casa donde hace muchos años vivió un familia, padre, madre e hija.
El padre, almirante y marino de profesión se pasaba largos periodos de tiempo fuera de casa, de manera que con el paso de los años, al volver de cada viaje descubría que su pequeña se iba transformando en una bella jovencita de la que se sentía extremadamente orgulloso.
Para que ella misma pudiera contemplar su belleza tomó como costumbre regalarle un espejo como recuerdo de cada viaje, así fue como con el tiempo las paredes de la casa se llenaron del bello rostro de la joven.
De esta forma, los celos comenzaron a hacer estragos en el corazón de la madre que se sentía abandonada por un marido que solo tenía ojos para la hija; todo esto la llenó de odio y provocó que deseara verla muerta, y así lo hizo, la fue envenenando a diario, poco a poco, con cada plato de comida, provocándole una muerte lenta y dolorosa.
Cuando el solícito padre volvió y supo lo sucedido se sumió en una tristeza infinita, y a pesar de creer que la niña había muerto por una extraña enfermedad, no encontraba consuelo alguno.
Pero un día al pasar delante de un espejo sintió algo raro, le pareció haber visto un rostro, un bello rostro lleno de ira, perplejo se paró en seco ante la superficie lisa y brillante que le hablaba y le pedía venganza, era su hija.
La madre fue encarcelada, el padre huyó a algún lugar remoto, pero eso no fue suficiente para que el alma de la niña descansara en paz, ya que cuentan los curiosos que a menudo merodearon por la casa, que la imagen de una mujer vivía encerrada en un espejo, y que en ocasiones se aparecía, enseñando un rostro que reclamaba un castigo aún mayor que la cárcel.
De hecho, hoy, a pesar de que la casa esté restaurada y se haya convertido en un edificio lujoso y moderno hay quienes afirman que el fantasma de la niña sigue entre sus paredes.
Yo prefiero pensar que no es venganza lo que quiere, si no poder divisar eternamente ese mar infinito que tiene la suerte de contemplar desde la casa de los espejos.
Hola Pilar, caminando llegué hasta tú casa, interesante historia, como me gustó por aquí me quedo…
Muchas gracias buena tarde, besos cristalizados..
Gracias por leer mi entrada y comentar. La verdad es que el sitio es increíble, verdad. Besos.