
Las apariencias
Las apariencias nos hacen falsos, nos empujan a fingir y a ser lo que no somos.
Aparentar que sonríes, que te gusta el camino que elegiste, cuando solo sueñas con viajar a aquella estrella.
Apariencias que te obligan a seguir aparentando, te limitan, te coaccionan y te roban libertad, hundiéndote un poco más en el pozo de la mentira.
Las apariencias nos arrastran a ponernos un disfraz, de manera que un día dejaremos de saber quiénes somos, lo que fuimos y sobre todo se nos olvidará quiénes queríamos ser y a dónde queríamos llegar; descubriremos que habremos extraviado nuestra esencia, nuestro yo mas profundo y sincero.
Fingir lágrimas que no lo son, silencios que gritan fuerte, y un gran esfuerzo de quietud por fijar nuestros zapatos al suelo, en los que unos pies cobardes anhelan echar a correr, pero no se atreven. «Porque tienen que guardar las apariencias»
A menudo, aparentar nos obliga a no ser, a hacer creer, y a dejar que los demás piensen lo que no es; a decir si, cuando es no, y a esforzarnos para disimular la pereza que nos ocasiona escuchar las muchas palabras necias de la gente que solo habla por hablar, pero que nada dicen.
Aparentar a diario que nos gusta el suelo que pisamos, la existencia que llevamos y el absurdo paisaje que decora nuestro alrededor, cuando lo que de verdad desearíamos sería enredarnos en una nube de colores, y así, cambiar los grises por verdes, los recuerdos por realidades, y de poder ser, huir a lugares donde disimular no fuera importante.
Apariencias que nos empujan a ocultar que no es fácil caminar con un chino en el zapato, mirar para otro lado para acallar bocas, disimular gestos y amordazar verdades.
Las apariencias engañan, de ahí que nunca debamos fiarnos de ellas.
Genial, Pilar. «Nada es lo que parece» o «por afuera todo es pan dulce y por fuera galleta dura». Soy de las que siempre ha tratado de ser lo más parecida a lo que siento y creo que soy pero… no se lo aconsejo a nadie porque pocos saben soportar el peso del «qué dirán» y cómo te lo hacen saber (tantas veces sin decírtelo) como para que no te puedas defender.
Muy buen post, querida amiga y lo comparto con mucho gusto.
Si quieres que te diga la verdad,el qué dirán aquellos que no me importan me da exactamente igual, pero si es cierto que lo que piensen y sientan la gente a la que quiere si influye para todo.
Ahora que ya vamos siendo mayores, me encanta pasarme por el forro de la chaqueta lo que otros piensen u opinen, aunque no siempre se puede, claro.
Un abrazo fuerte.