
Bla, bla, bla, para no decir nada
Bla, bla, bla para no decir nada, o desde luego, para decir poco, o si acaso lo mismo de siempre.
España es desde hace dos meses un gran escenario en el que los políticos son los actores de una especie de sainete del que todos conocemos el final, pero a pesar de ello actúan, y lo hacen a diario para el gran público. Nosotros, los ciudadanos somos ese público que presencia entre sorprendido y aburrido discursos monótonos, insultos que ya casi no hieren a nadie e ideas en las que casi no creemos, porque la política, o quizá habría que decir los políticos están dejando en nuestro país una estela de mentiras que nos empujan a pensar que ninguno de ellos tiene interés en encontrar soluciones a los problemas, están demasiado entretenidos en solventar los suyos propios.
No importa la derecha ni la izquierda, ni el pasado ni el presente porque todos son iguales.
¿ Recordáis la frase «Los mismos perros con diferente collar» ? Pues nunca fue tan cierta. A lo largo de estas semanas hemos aprendido que todos buscan el poder, el del partido al que pertenecen y por supuesto el suyo propio; no existe nada más que el ansia de llegar, sin importar en absoluto cuantas cosas van quedando en el camino.
La democracia, esa por la que tanta gente luchó y en la que creía nos ha salido un poco rana, claro está no por ella misma, pero si por ellos, hombres y mujeres que a lo largo de los años hicieron promesas, hoy incumplidas, legislaron leyes a medida de sus necesidades, pisotearon derechos que eran de todos y se hicieron dueños de cargos y de euros que no les pertenecía.
En ningún caso quiero poner siglas ni tampoco tendencias, porque ya subas, o bajes la calle, en cualquiera de las dos aceras te encuentras corrupción, robo, tráfico de influencias, blanqueo de dinero, prevaricación… confundiendo al ciudadano de a pie, ese que cada mañana se decepciona un poco más al oír las noticias mañaneras.
El paro sigue siendo el gran protagonista, el paro y la corrupción. Nos han robado banqueros, políticos, ya sean miembros del gobierno o de la oposición, sindicalistas, y está por ver si también lo hicieron unos condes.
¡ Vamos que ha robado todo el que ha podido!
Y ahora todos quieren convencernos, a fuerza de mucho bla,bla,bla para no decir nada, que sus ideas son renovadas, sus intenciones buenas y que su integridad está fuera de duda; pues a estas alturas este sainete político solo nos provoca a los españoles aburrimiento, desconfianza e indiferencia.
Completamente de acuerdo con tus palabras. Poco queda por decir.
Un abrazo.
Gracias como siempre. Un abrazo.