
Una vez más
Una vez más cogió papel y lápiz y se sentó ante un folio en blanco con muchas cosas que decir y mil razones para no hacerlo, pero estaba decidida a ser sincera, a contarle cuanto lo recordaba y lo mucho que aún lo quería.
No hubo borrones, ni palabras arrepentidas, se tragó el orgullo y dejó fluir a su corazón, logrando así, que el lápiz atrevido dijera todo aquello que sus labios no eran capaces de expresar, de esta forma, fue rellenando cada poro del papel con recuerdos, sueños y deseos incumplidos.
Una vez más, solo necesitó de papel, lápiz, y valentía para dejar de nuevo que su dignidad se esfumara entre tantas palabras escritas, aún a sabiendas, que él no respondería.
El tiempo pasa entre silencio e indiferencia, él nada tiene que decir y ella se promete así misma nunca más volver a escribir. Pero ahora toca recoger aquellos trozos de dignidad que no se perdieron del todo.
Deberíamos tener como una obligación de veza en cuando un ejercicio como el que relatas en tus letras.
Escribir o grabar o contar al viento lo que se quedo dentro por orgullo o por cualquier otro motivo.
Nuestro cuerpo, mente, ser lo agradecerían sin duda alguna, aunque la contestación fuera silencio.
Mil gracias un vez más por pasar por aquí. Un besote.