
Mañana…
Mañana.. cuando la cera se haya agotado y la llama de la vela luche por seguir encendida seguiremos aquí, porque las estrellas nunca perderán su brillo.
Sí, mañana, cuando al calendario ya no le queden hojas y en el jardín no abunden las flores estaremos aquí, porque los besos son inagotables, cuando las paredes pierdan el color y las sillas estén envejecidas permaneceremos aquí, porque entonces, al igual que hoy, no habrá un lugar mejor a donde ir, éste, será siempre el mejor de los lugares.
Mañana… cuando creamos que no hay nada más que aprender, nos daremos cuenta que no sabemos nada; pero entonces, quizá no importe demasiado, porque lo que de verdad merecerá la pena será seguir teniendo sueños y vivir con la esperanza de que algunos se hagan realidad.
Podría suceder que mañana, cuando la luz no sea necesaria y creamos que todo está dicho, sigamos aquí, buscándonos a tientas, reinventando palabras nuevas y dejando que los recuerdos nos hagan sonreír, pero nunca, consintiéndoles que nos impidan vivir.
Porque mañana también será un día hermoso.
¡Muy bien dicho, Pilar! Siempre habrá un mañana contra viento y marea.
Pues sí, hay que creer en el mañana y decirlo en alto para oírnos a nosotros mismos, eso ayuda a creer. Un abrazo.
Precioso poema Pilar. Que los recuerdos consigan sacarnos sonrisas pero que no impidan que continuemos viviendo. Besos y abrazos amiga.
Al menos hay que intentar que así sea…Un abrazo.