
La costumbre
La costumbre produce olor a hollín y a humedad y solo dejando entrar el sol podrás acabar con ella.
Quizá no quieres darte cuenta y piensas que escondiéndola volverá la luz, que el silencio traerá frescor y que con él renacerá la ilusión, crees que con solo esperar será suficiente, pero mientras te cruces de brazos la niebla espesa de la costumbre deshojará la margarita, dejando entre los dedos manchas de herrumbre y orín.
Costumbre de sueños, palabras, miradas y piel, de días marcados por el familiar silencio, por la cercana desgana y por tantas cosas que no pueden ser; costumbre que a menudo te amarra impidiéndote crecer. ¿ A caso crees que esa es la forma, la norma o lo normal ?
Quizá olvidaste que una vez fueron las risas, las palabras y las ganas, allá cuando los hilos del amor estaban fuertemente entrelazados y daban la sensación de ser invencibles. Hoy la costumbre los deshilacha dejándolos colgados entre noches vacías, besos no dados y caricias perdidas, no lo permitas, no dejes que esa tirana se apodere de tu vida.
Porque el Amor de costumbre mata al Amor como esa gota obstinada que incesante moja tus días, tus noches y tus mejores horas.