
Gabriel
Gabriel
Vuela alto pescaíto, y no te pares hasta llegar a las nubes o a colgarte de una estrella, allí donde el aire limpio pueda rozar tu cara inocente, y tu mirada de niño.
Vuela alto pequeño, y sonríe, porque ya nada tienes que temer.
Aletea con fuerza tus alas blancas, y mézclate con la lluvia para acariciar la cara de mamá, que sienta mecerse la copa del árbol más alto, para notar tu presencia.
No te olvides Gabriel regalar a diario tu sonrisa a esa mujer que te dio la vida, y que hoy, daría con gusto la suya por volver a tenerte a su lado.
Vuela alto y no dejes de revolotear cerca de ella, notará tu presencia, y así, podrá mezclar su inmensa pena, con la magia de la esperanza de imaginarte en un lugar mejor.
Ella ha demostrado ser una mujer grande, pero a pesar de todo, hoy has de ayudarla a caminar, porque ha de aprender a hacerlo sin ti, y eso le va a resultar terriblemente duro, pero si nota tu mano agarrando la suya, lo conseguirá.
Vuela alto pescaíto, y no tengas miedo a la bruja mala, porque ella ya no podrá alcanzarte.