
El periodista
El periodista se ha convertido en alguien poderoso, ya que igual que políticos y líderes del mundo, tiene la posibilidad de ser escuchado, de ahí que su grado de responsabilidad sea enorme.
Nunca antes como ahora los medios de comunicación habían sido tan cruciales para el funcionamiento de un pueblo, ni habían determinado con tanta fuerza la opinión de los ciudadanos.
El periodista ha de ser esa persona formada y con una gran capacidad de observación, hábil con el lápiz y sumamente respetuosa con esa regla de oro que debe llevar grabada a fuego, buscar la verdad y verificarla, para luego de forma más ó menos sintetizada contarla al mundo.
La sociedad desea creer en sus periodistas y en sus medios de comunicación.
En principio nadie duda de las noticias que se encuentran en la portada de un periódico, ni mucho menos de las oídas en la radio ó la televisión, todos confían en que los datos sean ciertos y en la objetividad del profesional que la escribió.
A pesar de todo, el lector, que es el consumidor de noticias, ha aprendido a lo largo de los años que detrás de cada periódico hay un color político y que la imparcialidad no reina ni siempre ni todo lo que quisiéramos entre las páginas de un diario; incluso el periodista que escribe, en ocasiones, lo hace dirigido por esa otra mano poderosa que mueve la suya tras una gran mesa de despacho.
Es aquí, cuando el joven que empieza lleno de ilusión aprende que no es libre del todo, que el periodismo tiene reglas e intereses tanto políticos como económicos; y que solo, si algún día llega a ser un gran periodista, tendrá el poder de poder escribir sin ser censurado.
Pero mientras tanto, yo confío en que todos los que forman parte de ese mundo, poderoso mundo, actúen según su conciencia, a sabiendas que son muchos los que confían en lo que tienen que decir.
Por encima de todo, decir la verdad con responsabilidad.
En honor a la verdad: hay que luchar por ella y el periodismo es un ámbito ideal para defenderla eso sí; a muy alto precio.
Un fuerte abrazo desde Buenos Aires ya vestida de primavera para mi linda amiga Pilar Serrano.
Un abrazo fuerte desde Cádiz, España.