
El origen de la palabra Sevilla
El nombre de Sevilla ha llegado a nosotros después de cambiar varias veces a lo largo de los siglos, dependiendo del pueblo que en ella estuviera asentado.
En una época remota se le llamó Spal o Ispal, no hay un acuerdo entre historiadores para saber si ese nombre fue origen tarteso o fenicio; aunque si se sabe que Spal hace referencia a Baal, el dios más importante de la civilización fenicia.
A la llegada de los romanos, Ispal es latinizado y la ciudad pasa a ser llamada Hispalis, para más tarde ser cambiado por los visigodos por Spalis.
Por último, los árabes también tuvieron algo que decir en el nombre de la ciudad y la P es sustituída por la B, ya que ellos no tenían aquella letra, que junto al uso de la H, dio lugar al nombre de Ishbiliya, este poco a poco se transformó hasta el actual, Sevilla.
Espero que os haya resultado curioso.