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El paraíso terrenal

El paraíso terrenal

Por el 15 de diciembre de 2016 en Apuntes con 2 Comentarios

El paraíso terrenal se nos presentó como un lugar idílico, donde todo estaba al alcance del hombre, todo menos aquel manzano cuajado de manzanas frescas, todas ellas listas para ser comidas, pero paradójicamente todas prohibidas.

Está claro, desde el principio de los tiempos nos pusieron las cosas difíciles a la humanidad.

Retos y más retos con el letrero del «puedes pero no debes». Te tiento pero no caigas, te ofrezco pero no cojas, te enseño pero no desees, en fin, creo que se nos exige ser demasiado fuertes, y de no ser así el castigo será la respuesta.

Vamos, que nuestro sino será siempre ser castigados, ya que nuestra existencia está repleta de manzanos prohibidos que nos miran burlones a la vez que pacientes, esperando vernos caer en la fascinación de lo censurado.

Así es como desde nuestros orígenes, el paraíso terrenal pasó a ser un lugar repleto de desdichas, en el que el hombre perdió muchas cosas y ganó otras, como el derecho al trabajo, a la enfermedad y a la miseria.

Sin duda alguna, este paraíso fue un lugar engañoso, como engañoso es el mundo en el que  vivimos, cuajado de coches que corren mucho más de lo permitido, sustancias diversas que intoxican pero se ofrecen, promiscuidad  que envilece pero es fácilmente alcanzable, publicidad que nos entra por los sentidos para luego convertirnos en borregos, y esas nuevas tecnologías que corren por nuestras  vidas como el aire, necesarias e imprescindibles, pero de las que hemos de aprender a cuidarnos y a ponerles límites, antes incluso de saber utilizarlas.

En resumen, creo que la voluntad del hombre es demasiado vulnerable para vivir por sistema en un paraíso terrenal cuajado de manzanas prohibidas, aunque para muchos todo esto sea la consecuencia de ser unos seres libres e inteligentes con derecho y capacidad para elegir.

Quizá sea cierto, pero a mi me sigue pareciendo un reto difícil e innecesario para estos pequeños seres cargados de defectos a los que nos resulta muy difícil sortear a diario las tantas zancadillas, que incluso, nos ponemos entre nosotros mismos.

 

 

2 Comentarios

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  1. Mamen Piriz García dice:

    Pues es eso lo que tenemos , desde entonces hay muchas manzanas prohibidas y muchas tentaciones mundanas. Un abrazo

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