
El desengaño no es un engaño…
El desengaño no es un engaño es una desilusión, la pérdida de la esperanza, un vacío que te llena y una desazón que te oprime el alma. Es dejar de creer sin querer y sin poderlo remediar.
¡Tantas cosas y tantas personas pueden desengañarte! Cuando eso ocurre no puedes hacer nada con tus sentimientos, no hay marcha atrás; algo se muere para siempre sin ninguna posibilidad de restituirlo.
Eso sí, se lleva un mar de sensaciones e ilusiones que jamás volveremos a recobrar.
El desengaño arrastra con él trozos de vida, dejándonos suspiros en el corazón y lágrimas en el alma; pero no lo olvides, el desengaño no es un engaño, es algo o alguien en lo que creías y no fue, algo o alguien de quien esperabas y no llegó, aquella cosa o aquella persona por la que vivías y se marchó.
El desengaño no es un engaño, es aquella acción que no tienes que perdonar, ni olvidar, ni guardarle rencor; es ese sentimiento sin solución, que llevarás contigo aunque tu memoria lo olvide, inherente a tí y que marcará tus acciones aunque logres no pensarlo, aunque creas que lo olvidaste.