
Educar sin manipular
Me pregunto ¿Cómo seríamos cada uno de nosotros si solo hubiéramos sido educados, y no manipulados? No nos engañemos, educar sin manipular no es imposible, pero sí, muy difícil, porque todos somos el producto de lo que nos enseñaron, de nuestra forma de ser y de nuestras propias circunstancias, al margen de que todo eso sea más o menos positivo.
De ahí que los niños crezcan a menudo con las creencias de los padres, sean seguidores del mismo equipo e incluso tengan las mismas ideas políticas.
Llegado a este punto, es cuando me pregunto si es eso educar o entrometerse en una vida que no nos pertenece. No olvidemos que la verdadera libertad debe de estar exenta de influencias subjetivas, dejar que la existencia fluya ante los ojos del que aprende, dejándole la oportunidad de elegir sin ideas preconcebidas con antelación, sin normas implícitas y sin reglamentos ni órdenes subliminales.
Para que la educación sea verdaderamente libre y sin manipulación alguna, ha de ser objetiva en la medida que se pueda.
Siempre que se le enseñe y se eduque a un niño hay que dejar una puerta abierta para otras posibilidades, filosofías y maneras, sin olvidar que aquello que a nosotros nos sirve o nos parece, no tiene porque servirle ni parecerle a la otra persona, en este caso a nuestro hijo.
Premisa importante, sería respetar a los que están aprendiendo y dejar que se formen con sus propias experiencias, porque las nuestras son nuestras y ellos han de labrarse las suyas por sí mismos, para así escarmentar de sus errores y aprender de sus logros, porque todo aquello que nosotros aprendimos solo ha de ser un mero referente, nunca una cátedra para nadie.
No les colguemos el lastre de nuestros prejuicios, convencionalismos y miedos, ellos tienen el derecho a crearse los suyos propios.
Tienes todo la razón es tu escrito sobre educar en libertad. Un abrazo
Mil gracias. Un abrazo.
Excelente propuesta, Pilar, pero exige condiciones sobrehumanas porque la educación es formar y deformar, hacer y deshacer, siempre al amparo de la comprensión o subjetividad del educador. Lo importante es que, la mayoría de las veces, la vida arrasa con la manipulación porque se impone la experiencia personal.
Me complace conocer, y compartir, tus preocupaciones existenciales amorosa amiga.
Beso.
Sabes lo que creo que en general a las personas se nos olvida que una vez fuimos adolescentes y jóvenes; eso hace que nos cueste empatizar, porque creo que si por unos minutos pudiéramos recordar, entenderíamos y lo haríamos de otra forma, y más con nuestros hijos…Un besote, me encanta cruzarme contigo por estos caminos.