
Sin piedras en los bolsillos
Vivió soñando con volar, subir alto y perderse entre las nubes como mota de polvo volátil y ligera; cada día lo intentaba apoyándose en las puntas de sus dedos, sus brazos extendidos como alas al viento, y siempre de frente, con la mirada en el cielo.
Cada mañana se cubría con el mejor de sus vestidos, dispuesta a conseguirlo, mezclando sus ganas con sus sueños, siempre empeñada en levantar los pies del suelo.
Pero a diario se daba de bruces con la realidad porque llevaba los bolsillos demasiado llenos, repletos de condiciones, prejuicios, tradiciones y miedos, y así un día, se quedó sentada sin alas ni sueños, rendida ante el poder de la quimera y doblegada al dominio de la razón.
Pero jamás dejó de soñar con un mundo libre, sin caminos trazados ni senderos derechos, con gente sin piedras en los bolsillos que como lastres les impidieran alcanzar sus imposibles, sus sueños. Imaginaba jóvenes con conciencias sin marcas, ni convencionalismos, limpios de tabúes y temores que les impidieran ser ellos mismos, permitiéndoles así, ser un poco más libres, y por encima de todo, codiciaba estar allí, para ayudarles a coger impulso.
Sin piedras en los bolsillos,… formando sueños. Genial.
Me ha encantado.
Un besillo.
Muchas gracias, un abrazo