
Que no te cuenten historias
Agito los corazones, anudo las tripas, obsesiono a los cerebros, hago llorar a los más duros y reír al taciturno. Dicen que quienes me padecen sienten el aleteo de mil mariposas en el estómago; pudiendo convertir en un minuto, al ser más feliz en alguien altamente desgraciado.
El poder es mío, mía el alma del que me siente, el señor del corazón enamorado y el culpable de los desengaños más hirientes.
Remuevo sentimientos y altero hormonas, no tengo edad ni momento, soy imprevisible, intangible, incomprensible e infinitamente valeroso y enérgico; arrastro a soñar y a vivir, a la par que soy capaz de llevarte al abismo del desencanto.
Puedo ser efímero a la vez que inolvidable, dejar heridas profundas e incurables con solo el roce de mis alas, pudiendo llegar a ser infinito, profundo y para siempre.
Que no te cuenten historias.
Si te hacen sufrir, te arrancan lágrimas o te causan dolor, te aseguro que ahí no estoy yo, por más que te juren en mi nombre, ese no soy yo.
Porque yo, el amor, soy generoso sin excepción, pido disculpas sin pudor y perdono sin reservas, ya que mi único deseo es verte sonreir.