
La Estación Internacional de Canfranc
La estación Internacional de Canfranc es una obra de arte construida en un principio para unir España con Francia. Su inauguración tuvo lugar en 1928.
La mala suerte logró que un incendio destruyera en 1931 la biblioteca, el restaurante y parte del techo de madera; luego, en la Guerra Civil española fue controlada por el ejército franquista, y más tarde entre 1940 y 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, fue suspendido el paso de viajeros, usándose para la salida del wolframio hacia Alemania y para la entrada a cambio, de grandes cantidades de oro procedente de Suiza.
Pero su cierre definitivo se llevó a cabo en 1970 cuando el puente L`Estanguet se derrumbó a causa del descarrilamiento de un tren francés de mercancía.
A pesar de varios intentos para hacerla resurgir, lo cierto es, que su decadencia comenzó aquel 27 de marzo de 1970; siendo el 15 de enero de 2013 cuando el Ministerio de Fomentó se la vendió al Gobierno de Aragón por 310.000 euros.
Hoy, doy fe que la Estación Internacional de Canfranc es una construcción extraordinaria, en un enclave espectacular, pero abandonada a su suerte entre matojos, alambrada, hierros oxidados, e incluso restos de wolframio como testigo mudo de lo que allí sucediera.

Entre montañas y vegetación se oculta la triste estación de Canfranc
Desde El Paseo de los Meláncolicos, un sendero frondoso, verde y agradable, pudimos ir divisándola según lo permitía la vegetación, siempre acompañados por el susurro constante y monótono de las aguas del río Aragón, que fieles acompañan a esta estación, hoy triste y abandonada.