
El otoño
El otoño se asoma tímidamente cuando la canícula comienza a agonizar, atrás van quedando los días generosos de luz, para ir dejando paso a estos otros más breves, en los que la noche cobrará protagonismo.
Poco a poco, en unas cuantas semanas, los árboles se desprenderán de su verdor e inevitablemente se irán quedando desangelados, enfrentándose al otoño en soledad. Sus ramas, como espadas en alto esperarán pacientes volver a ser envainadas.
El suelo se cubrirá de hojas, el aire de humedad y un leve sabor a nostalgia nos rondará por algún tiempo, al recordar los pasados días de estío, largos y luminosos.
El otoño casi ha llegado trayéndonos una pizca de melancolía, aunque solamente sea por ese colorido de grises y amarillos que comienzan a dibujarnos las mañanas, y por ese cielo plomizo que a menudo oscurece nuestros días.
Los pequeños vuelven al colegio, la gente a sus quehaceres cotidianos, pero todos acompañados por esas primeras lluvias, a veces silenciosas como un susurro, y otras en cambio, constantes y ruidosas, lluvias que nos dejan a menudo un aire limpio y un sol brillante.
Saboreemos el otoño igual que si fuera primavera, porque la estación no tiene importancia, lo único imprescindible es que nuestra actitud sea positiva y el optimismo la llave de nuestro diario.
No olvidemos que este otoño es único, ya que jamás volverá a repetirse.
Un texto muy bonito!! A mí también me provoca nostalgia el mes de septiembre… Es como si todo volviera a empezar. Te invito a pasarte por mi blog también le he dedicado a este mes que estrenamos mi última entrada!
http://mimundoymisideas.blogspot.com.es/2016/09/no-quedan-dias-de-verano.html
Un saludo
Neus
Tu mes septiembre es nostálgico, me gustó mucho. Y me hice seguidora tuya, yo no seré como tus amigos de verano, volveré. Un besote.