
El libro de la vida
El libro de la vida, de cualquier vida, son hojas rellenas de renglones mal escritos, dibujos en blanco y negro, cielos grises y lunas llenas; frases inacabadas, deseos no cumplidos y preguntas no contestadas.
Muchos, son los amaneceres por relatar, y demasiadas, las noches que dejaron la huella de lo que no pudo ser, marcando ese camino por el que nunca se volverá a pasar, por más que el corazón quiera.
Son tantas las velas consumidas cuando las luces se apagan, y tantos los relojes gastados por el deambular constante de esas manillas que no paran de girar, que siempre hay alguien que pretende desesperadamente colgarse de algún minuto perdido, con la esperanza de agarrar con fuerza ese instante que no quiere olvidar.
Podrás leerlo y releerlo, reír o llorar, lamentar lo escrito o regocijarte en ello, pero jamás podrás cambiar la historia. Confórmate con seguir escribiendo mientras que no te falte la tinta y el papel.
El libro de la vida se hace viejo, sus pastas se decoloran y se acaban las aventuras por contar, y un día te das cuenta que entre renglones se desprende un olorcillo a rancio, entonces descubres que te hiciste viejo, y que tus historias caducas no les importan a nadie, porque todos están enfrascados en escribir el libro de sus vidas.