
El Día del gato
El Día del gato.
Curiosamente, el gato es el único animal que celebra su día tres veces al año, el 8 de agosto, el 29 de octubre, y hoy 20 de febrero.
El primero, lo fundó en el año 2002 el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), el segundo fue creado por Colleen Paige, una experta en su estilo de vida, queriendo con esta creación promover el bienestar de los animales, y el tercero es hoy, el 20 de febrero, una fecha establecida por los usuarios de Internet en recuerdo de Socks, el minino que vivió veinte años con la familia Clinton, ex presidente de Estados Unidos.
A mi, particularmente, cualquiera de las tres fechas me vale para homenajear al gato.
Un animal tierno, independiente y libre, aunque esta forma de ser no le impide estar siempre en alerta, observar y vigilar a su alrededor forma parte de su quehacer diario.
Sus adeptos lo admiran y lo quieren, pero los detractores, a menudo lo maltratan cruelmente. Nunca entenderé porqué lo hacen.
El gato es ese gran desconocido, que aún conviviendo con él, nos cuesta comprenderlo, quizá porque su vida es la antítesis de la nuestra.
Vive con nosotros pero sin mezclarse, siempre marcando distancia, no entiende de jerarquía, no pretende ser líder de nadie, su objetivo en la vida es hacer su voluntad. Nadie puede comprar su cariño, es un ser insobornable.
Yo diría que el lema más acertado para su vida sería, vivir y dejar vivir.
Admiro su existencia sin prejuicios y su gran tenacidad para lograr lo que quiere. El gato es un animal libre, libre para escoger con quien desea estar, y elegir el momento de marcharse.
No vive para hacernos reír, ni para contentarnos, dándonos la impresión, que solo aspira a convivir sin ataduras ni imposiciones.
Si aprecias la libertad en el amplio sentido de la palabra, nunca estarás más cerca de ella que conviviendo con un gato. No lo intentes cambiar porque no vas a lograrlo.
Simplemente, quiérelo tal como es, porque eso es respeto, y después de un tiempo, se habrá convertido en un trocito de tu vida, y no dudes que tu serás un gran trozo de la suya, aunque a veces pueda parecerte lo contrario.
¡Hola, Pilar! Veo que también tienes dos hermosos gatos. Los míos se llaman Sol y Luna y son cariñosísimos.
Tampoco concibo el maltrato.
Una cosa más que nos une.
Un abrazo.
Muchas gracias una vez más por pasar por aquí, mi blog está a tu disposición para cuando tengan ganas de leer.
Por cierto, de donde eres, veamos si tenemos en común algo más. Besotes guapa.