
¡A buenas horas mangas verdes!
¡A buenas horas mangas verdes! Es una expresión que se comenzó a usar en tiempos de los Reyes Católicos, al crearse un cuerpo similar al de policía; en aquella época era una especie de hermandad, cuya misión consistía en vigilar los caminos e intentar mantener el orden, en la medida de sus posibilidades.
El uniforme lo formaban un chaleco de piel, y una camisa verde cuyas mangas del mismo color se dejaban ver debajo del chaleco; de ahí el sobrenombre de mangas verdes.
A su vez, como el número de integrantes de dicha hermandad era muy reducido, un jinete por cada cien vecinos y un soldado por cada ciento cincuenta, llegaban casi siempre tarde cuando se les necesitaba.
Así la gente les gritaban con menos precio al verlos llegar ¡A buenas horas mangas verdes!
De esta forma la expresión llegó hasta nuestros días, para indicarle a alguien que lo esperábamos impaciente y que no llegó a tiempo e incluso que llegó muy tarde.
Espero que les haya parecido curioso a aquellos que no lo supieran.