
Irse al garate
Irse al garate es una expresión que deriva del término francés être égaré, que significa estar extraviado o perderse.
El origen de su uso nació en el mundo marinero.
Se decía de los barcos que por diferentes motivos navegaban sin rumbo y sin control, perdidos en el mar.
Hoy la usamos para mandar a alguien que se vaya lejos y nos deje en paz ¡Vete al garete!
O para indicar que un proyecto fracasó ¡ Aquello se fue al garete!
tengo que mandar a unos cuantos al garate